miércoles, 15 de julio de 2009

Puede que sea yo...


En el lugar donde habitamos, en las orillas del atardecer infinito, en el vertiginoso espacio de la nada, un lugar que es impenetrable a la mirada del dolor, en cuyos márgenes retumban continuamente los deseos, salpicados por la magnificencia incesante de la satisfacción.

Obsevad nuestro hogar, morada de los amantes donde vagan las voces encontradas de ardientes fantasías. Susurran mensajes de profundo desahogo. Y permanecemos ocultando secretos de desbordada pasión.

Porque la felicidad en los sueños no es algo preparado, pero sí en nuestras fantasías, podemos imaginar un deseo y transformarlo, dándole movimientos sedosos hasta hacerlos fluir en una utópica realidad, en mi ralidad, en la tuya, en la de él....
Y así decimos, y ¿por qué no? puede que sea yo...